El buen feeder/El mal feeder

Celebremos el mes del amor hablando sobre las relaciones entre feeders y gainers. Animar a un gainer es mucho más que solo decirle que engorde, significa estimularlo, lo que no consiste solamente en instar a que siga comiendo o engordando todo el tiempo, de hecho, resulta muy fastidioso que solo piensen en eso y empiecen a insistir demasiado.

El mal feeder

Las relaciones entre feeders y gainers también pueden ser muy complicados, lamentablemente los feeders tóxicos abundan en nuestra comunidad. Así que les traigo una lista de 10 focos rojos (según mi totalmente subjetiva, y nada humilde, opinión) que identifican a un feeder tóxico:

1. Centran el feederism solo en su placer: menosprecian el papel activo del gainer en el proceso y lo cosifican, viéndolo como una suerte de reto o meta a cumplir; algo así como un trofeo que lo único que hace es exhibir sus logros y del cual no importa si siente satisfacción o no.
2. Se venden: Esa estrategia de pedir dinero para cumplir una meta que solo a ti debería interesarte (y por lo tanto deberías ser tú el responsable de costearla) me parece muy ruin tanto entre feeders como entre gainers, pero en el caso de los feeders me parece aún más grave; muchos piden un pago a cambio de sus “servicios” de animarte o ayudarte a engordar, como si estuvieran haciéndote un favor, además de que si el gainer llega a necesitar ayuda financiera se niegan a ayudar. Hay muchas cosas que pueden requerir de un dinero extra al ir engordando, por ejemplo: tener que comprar ropa nueva, necesitar más más comida o hasta reforzar muebles y buscar métodos alternativos de transporte, que se desaparezcan cuándo se dan cuenta de eso o simplemente no les importe es una mala señal. 
3. Viven en secreto o fingen no ser parte de la comunidad: frecuentemente me encuentro con “feeders” a los que les da pánico que alguien se entere de que le gustan los gordos y lamentan su atracción por esta parafilia relegando al gainer a ser un “sucio secreto” y a vivir aislado del resto de su vida. Un claro signo de que no están preparados para la realidad de tener una pareja gainer. 
4. Les importan más sus ideales que tu felicidad: que se obsesionen con algún fin específico sin importarles si es lo que realmente quiere el gainer es un clásico, piensan en números y metas que establecieron arbitrariamente solo para su propio placer sin tomar en cuenta lo que el gainer pueda sentir o sufrir a causa de ello.  Te ven como un número y, más allá de cómo te sientas, tienen una idea fija en la cabeza que no dejan ir, como que llegues a un peso en específico o a cierta talla solo para poder colgarse la medalla de que fue a causa de ellos.
5. Les gana la calentura: cuando se les baja la excitación dejan solo al gainer, pero cuando están excitados son capaces de hacer al gainer revivir o hablar de experiencias traumáticas con la gordofobia, obligarlo a usar solo ropa ajustada y/o reveladora por cualquier medio necesario o simplemente presionan en exceso, hasta que se les pasa lo cachondo.
6. Son intolerantes: si el gainer pierde peso, por el motivo que sea, se molestan, exigen y se vuelven intransigentes difuminando la frontera entre las fantasías, el deseo y la realidad. Hacen berrinche cuando te retractas de tu consentimiento o cambias de opinión sobre qué tan gordo que quieres ser, intentan transgredir los límites y no respetan los consensos, así, presionan en exceso al gainer para que adopte comportamientos o hábitos aun cuando no se sienta cómodo con ello.
7. No van más allá del fetiche: no están dispuestos a probar otras prácticas o incorporar sugerencias del gainer. Muchas veces, incluso, no están dispuestos a participar en los cuidados posteriores de lo que implica el engordar a alguien. 
8. Juzgan duramente: no apoyan los derechos de las/los trabajadoras sexuales, demeritan a los gainers que no entran dentro de sus criterios personales, se sienten con el derecho de decir quién es o no un “gainer de verdad” y acusan a aquellos que pretenden ganar dinero con su engorde de ser falsos.
9. Niegan la opresión: no creen en que hay gordos que son marginados, discriminados o que simplemente no están felices con el hecho de estar gordos, como si todos lo disfrutaran solo porque a ellos les es atractivo.
10. Perpetúan malos estereotipos sobre la gente gorda: hablan en serio cuando dicen cosas como "todos los gordos son glotones sin remedio”, “no tienen autocontrol”, "cuanto más gordo, más perezoso es", etc.

El buen feeder

Por supuesto no todo es malo y también hay mucha gente ahí afuera que vale la pena, pero ¿entonces que tendría que hacer un buen feeder/ecourager? Ya que estamos en eso. Bien, esto es lo que a mí me gustaría:

1. Aprecia al gainer más allá del fetiche: Entiende que para el gainer engordar es importante, pero no lo único que importa. No solo le gusta el gainer por el hecho de que engorde o esté gordo, sabe que el cuidado posterior es importante. Sabe admirarlo y quererlo como persona.
2. Sabe motivar a cumplir metas, no solo de feederism: Se asegura de que el gainer sepa lo bueno que es que trabajes para lograr tus metas, no solo el cuerpo de tus sueños, sino todo lo que quieras más allá de eso. 
3. Está dispuesto a apoyar en los malos momentos: El feederism no es solo experiencias positivas, a veces el gainer necesita que le recuerden que está bien querer estar gordo y que no tener gustos hegemónicos no tiene nada de malo. Si logra tranquilizarte y reconocer que cualquier ganancia es hermosa en cualquier tamaño y que todos los cuerpos engordan de manera diferente, ahí es. Es importante que se dé tiempo para que hablen sobre posibles ansiedades y temores sobre el aumento de peso o la obesidad. 
4. Actúa más allá de la calentura: El estímulo no es sólo para cachondear, sabe que es importante lo que pasa antes y después de una buena sesión de feeding y que el gainer seguirá cargando con las consecuencias de ser gordo en todo momento, no solo mientras está excitado.
5. Es empático: Entiende cuando el gainer no se siente del todo bien, tiene la capacidad de tener un día relajado y sabe que el sentirse ansioso o juzgado por ser gordo o el estar engordando es parte del feederism a pesar de que al gainer le encante estar engordando. Sabe que es importante descansar de vez en cuando.
6. Motiva sin presionar: Recuerda siempre que el cuerpo del gainer es su cuerpo, y no de él para dictarlo. Un buen feeder sabe que lo más importante es que el gainer este contento con su cuerpo, lo que significa que puede querer engordar muchísimo o sentirse bien con solo engordar un poco sin que esto lo demerite, recordar la importancia de la autonomía corporal y la libertad de elección es muy importante.
7. Es más que un feeder: No es obligatorio, y muchos gainers no tienen una relación más profunda con su feeder, pero que un feeder sepa ser un buen amigo y compañero siempre se agradece, ni hablar cuando son pareja, ahí es aún más importante.
8. Está orgulloso de su gainer y no solo de engordarlo: No se esconde, si bien no necesariamente presume a los cuatro vientos que es feeder y tiene un gainer, no se avergüenza de que los demás sepan que le gusta el gordo o de que tiene una relación con alguien que está engordando.
9. Es consciente de la realidad: Sabe que a medida que el gainer engorde podrá necesitar ayuda para llegar a ciertos lugares o realizar algunas actividades y está dispuesto a ayudar a ello, por ejemplo, atarle los cordones de los zapatos, ayudarlo a bañarse, permitirle descansar al caminar, incluso asegurarse de conseguir muebles con límites de peso mayor.
10. Busca la felicidad: Un buen feeder sabe distinguir cuando el feederism es un estilo de vida o solo un fetiche, pero siempre está consciente de que la felicidad y el bienestar general están primero, tanto el suyo como el del gainer.

Naturalmente ninguno de estos puntos está escrito en piedra, cada uno tendrá su propia concepción de lo que busca y quiere, sin embargo nunca hay que menospreciar el hecho de que se trata de una relación (ya sea que feeder y gainer sean pareja o no) y que como toda relación la comunicación, la confianza, la afinidad, el cuidado y respeto mutuo son indispensables. Y por supuesto no dejemos de lado la afectividad y sexualidad.